Los chinos han llegado oficialmente donde siempre esperábamos que estuvieran: como el mayor exportador de coches nuevos.
El gran estadista Donald Trump lo sabía desde el principio: China se está convirtiendo en la nueva potencia mundial. En ese sentido, podría decirse que China es también el «peligro». Al menos si se tiene en cuenta que allí piensan de forma algo distinta a la que estamos acostumbrados aquí sobre los derechos y deberes de los ciudadanos. Aunque, por supuesto, tampoco aquí todo es coser y cantar.
Para ser una potencia mundial, se necesitan algunas cosas. En última instancia, un ejército numeroso siempre viene bien. Pero para conseguirlo, el poder económico es útil. Al fin y al cabo, los soldados también necesitan comer. De ese poder económico y militar se derivan casi automáticamente el poder político y la influencia. Este fin de semana, Assad volvió a ser autorizado a participar en una cumbre con sus poderosos amigos de la región. La separación la registran los vencedores.
Y China gana actualmente por goleada en el mercado automovilístico. Un pilar clave, por supuesto, del poder económico de un gran país. No sólo porque los coches representan un valor significativo, sino también porque son un símbolo de estatus. No sólo para los compradores individuales, sino también para los países que los fabrican. BMW, Mercedes y Porsche son, por supuesto, grandes símbolos de la industria alemana y de Alemania en general. No en vano, hombres como Putin y Erdogan quieren que sus países también fabriquen coches (premium).
Como escribió el colega @ a principios de año, 2022 fue el año de la llegada de los chinos. Y esto resulta ser no solo un acontecimiento holandés, sino también mundial. De hecho, China se convirtió oficialmente en el mayor exportador mundial de automóviles en el primer trimestre de 2023. Toma así el relevo de Japón, que ha tenido una presencia global durante décadas con Toyota, Honda, Nissan, etc.
En el primer trimestre, China consiguió exportar 1,07 millones de coches, un 58% más que el año pasado. Japón, por su parte, registró un aumento del 6%, pero sólo suficiente para un total de 950.000 coches. El crecimiento de China se explica en parte por dos acontecimientos mundiales: la guerra de Ucrania y el auge de los vehículos eléctricos.
La guerra ayuda a China porque puede vender enormes cantidades de coches en Rusia. Debido a las sanciones, los europeos y los estadounidenses no venden nada o muy poco allí. Los japoneses son un poco menos duros con Rusia cuando se trata de okkazies, pero se unen a las sanciones cuando se trata de coches nuevos. China se beneficia y ve triplicarse las ventas en Rusia. Los principios son caros. Otros grandes mercados en crecimiento para China son Australia y -sí- Bélgica. Al parecer, a nuestros vecinos del sur les gustan los Volvo por menos dinero.
Además de la guerra, el auge de los vehículos eléctricos también es bueno para China. Muchas empresas automovilísticas chinas se pasaron pronto a la fabricación de VE o incluso -como Tesla- empezaron como constructores de VE puros. Esto, a su vez, es la ley de la ventaja inhibidora para los legados. Especialmente los mercados donde hay demanda de VE baratos, como Tailandia, son un juego fácil para los chinos.
Tesla también desempeña otro papel en todo esto. A través de su todavía relativamente nueva Gigafactory en Shanghái, la marca estadounidense exporta a cada vez más mercados internacionales, incluido Canadá. Todos esos coches también cuentan como las nuevas papeleras de exportación de China. Así que el momento que sabías que iba a llegar por fin ha llegado. ¿Comprará esta noche una ración de Babi Ketjap para celebrarlo? ¿O no te apetece un sistema de policía social? Háznoslo saber en los comentarios. ¿Buscas coches de ocasión en España? Compra coche segunda mano en Crestanevada.