Volkswagen se retira completamente de Rusia, vendiendo la planta que le quedaba en el país de Putin.
Los rumores circulaban desde hace tiempo, pero por fin se han hecho oficiales: Volkswagen se retira completamente de Rusia. Toda la división rusa (Volkswagen Group Rus) será desmantelada y vendida. El afortunado comprador es la empresa rusa Avilon. Esta se hará cargo de la moderna planta de Volkswagen en Kaluga por 125 millones de euros.
Probablemente una ganga, dadas las circunstancias. Irónicamente, es un poco como se enriquecieron los oligarcas tras la caída del muro. Entonces se hicieron con empresas estatales de las que eran directivos por casi nada. La propia Avilon no tiene experiencia en la fabricación de automóviles. Pero se dice que un grupo del «sudeste asiático» (léase China) ya está preparado para dirigir la empresa.
No se puede subestimar la importancia de la planta de Kaluga. Era una de las dos fábricas de Volkswagen en Rusia y, con diferencia, la mayor y más grande de las dos. En la otra fábrica, los Volkwagen se ensamblaban junto con los GAZ (de los consagrados Volgas). Sin embargo, la modernísima planta de Kaluga alcanzó una producción máxima de 225.000 automóviles al año. Como referencia, en toda Rusia se construyeron 687.000 coches nuevos el año pasado. Antes de la guerra, la cifra era de 1.667.000. La fábrica empleaba a 4.000 rusos. Volkswagen fabricó allí el Polo con culo, entre otras cosas.
Volkswagen dejó de fabricar coches en Rusia en marzo del año pasado. No en vano, el propietario de su socio GAZ acabó en la lista de sanciones de las potencias occidentales. Aun así, Volkswagen mantuvo la puerta abierta a un rápido regreso al país. Renault hizo algo parecido, pero diferente: vendió a Rusia sus intereses en Rusia por un euro simbólico, pero con la garantía de poder recomprarla por la misma cantidad en un plazo acordado de seis años (buena suerte con eso).
Obviamente, Volkswagen también esperaba una resolución rápida. Pero ahora eso parece un capítulo cerrado. Aparte de la planta en sí, los demás intereses de Volkswagen en Rusia también se transferirán a Avilon. Esto incluye las oficinas de Moscú, donde se sentaban los pantalones morados y los hombres de finanzas (m/f/i). Sin duda, a Rusia no le gustará la marcha del inversor europeo. Pero al mismo tiempo, para Volkswagen (y Europa) también será un revulsivo. Quién es realmente el más perjudicado sigue siendo un poco impreciso. Por otra parte, los principios (retrasados) también deben/pueden costar algo. ¿Comprar entonces? ¿Buscas coches de ocasión en España? Compra coche segunda mano en Crestanevada.